Realizar un recorrido gastronómico en esta hermosísima isla es un viaje donde lo histórico y lo cultural se entremezclan y se manifiesta en los aromas, colores y sabores de la cocina siciliana, que no se puede encontrar en ninguna región del Mediterráneo.
La cocina siciliana es una amalgama de las cocinas árabes, genovesa, española, griega y francesa de los siglos XVIII y XIX, empleando diferentes técnicas y condimentos creando una gastronomía única.
Sicilia se caracteriza porque cada región tiene su propia gastronomía, en la zona oriental inmediatamente sentimos la presencia de la cocina griega a través del uso de los productos de la huerta siciliana como las berenjenas, las hierbas y el aceite de oliva, basta probar la caponata agridulce preparada con berenjenas fritas, apio, alcaparras, aceitunas. También los griegos introdujeron el consumo de pescado, aceitunas, las habas y los pistachos.
Si nos desplazamos hacia la costa occidental, la influencia árabe en la cocina siciliana se hace presente y se remonta a la dominación árabe en Sicilia en los siglos X y XI. El platillo couscous alla trapanese es un ejemplo emblemático de la influencia árabe en la cocina siciliana. Este couscous se prepara con camarones y pescado. Además, el empleo de frutos secos, especias como nuez moscada, canela, piñones, pimienta y azafrán.
Más tarde, gracias a los españoles se introdujeron productos provenientes del Nuevo Mundo como el maíz, el cacao, tomates y otros variados productos.
No se puede dejar de mencionar este aperitivo, los arancini, son unas croquetas en las que encontramos la influencia árabe, griega y española con la forma triangular en honor al volcán Etna.