Los romanos preparaban un plato similar el que llevaba por nombre "lasanum". El cual estaba preparado de finas tiras de pasta, rellenas con queso y algunas verduras. Tan delicioso era aquel platillo que Cicerón quien, a pesar de su avanzada edad, disfrutaba de varias porciones en cada ocasión. Pues, ésta poseía una consistencia bastante blanda por lo que no le suponía dificultades a la hora de masticarla.
Además, las llanuras de Emilia Romaña estaban completamente aptas para el cultivo de forma efectiva y calidad. En ellas abundaban el ganado vacuno y los huevos. Además, el tomate que llegó en el Renacimiento estaba muy presente en toda la región. Por ello, no es extraño que se haya desarrollado un plato con dichas características.
Su origen ha sido sujeto a varias polémicas. Sin embargo, los historiadores cerraron la discusión concluyendo que, teniendo en cuenta que el imperio Romano se expandía por toda Europa, países como Italia e Inglaterra recibieron las influencias de la cultura y su gastronomía. Por lo que los verdaderos creadores de este platillo son los romanos. Sin embargo, Italia ha sido por décadas uno de los países representativos de este platillo. Además, han fusionado diversos ingredientes que hacen cada una de las lasagnas única y especial.