Un rasgo concreto de la cultura gastronómica de la región del Cilento, parte meridional de Salerno, es sin duda el pan, elaborado con harinas de grano duro, grano tierno, integral y mixto. La característica principal es la fermentación natural lenta de la pasta madre, y la cocción en hornos de leña.
Las formas tradicionales que se les da al pan son dos: panes redondos grandes cuyo peso es de alrededor de tres kilos e il paniellu, que es más pequeño y pesa alrededor de un kilo. En el Valle de Diano se produce un pan de Padula, elaborado con harina de grano duro y de grano tierno con levadura natural; es un pan redondo que pesa alrededor de dos kilogramos y antes de hornearlo se le hacen corte transversales para que al cocinarse la corteza del pan tenga una cuadriculación según la costumbre de los antiguos romanos.
Gracias al uso de la fermentación natural, los panes se conservan durante una semana y los que quedan, si no hay pan fresco, se hornean de nuevo convirtiéndolos en biscochos, que se humedecen y se aliñan con tomate fresco, sal y aceite de oliva convirtiéndose en el desayuno del día.
La base alimentaria de la civilización campesina era a base de pan y de sus derivados como focaccia, pizza, vicci, brusquetta, porque solamente los domingos y los días de fiesta se cocinaba pasta. En el pasado los campesinos salían de madrugada al campo, sus almuerzos eran un trozo de pan y una botella de vino como acostumbraban los campesinos griegos de la antigua Elea de Parménide.